Te Chai

La receta del tradicional té en la versión de nuestro amigo el Chef.
Él la aprendió, según nos contaba, de una conocida que había vivido en la India.

Ingredientes:

Té negro           suelto 4 cucharaditas o 4 bolsitas
Jengibre            fresco rallado 1/2 cucharadita
Cardamomo      1/4 cucharadita aprox.
Canela               1 rama de 5 cm aprox
Clavo de olor    entero martajado o en polvo 1/2 cucharadita


Preparación:

Poner al fuego dos litros de agua. Al comenzar a hervir bajar el fuego y agregar los ingredientes en el orden que están anotados poco a poco en el transcurso de unos 5 minutos. Dejar  5 minutos a fuego bajo. Luego apagar el fuego y permitir que repose unos 10 minutos mas.
Se puede beber sólo o con leche de preferencia caliente o mejor aún acremada (con cafetera de expresso o prensa francesa).
Su sabor es delicioso sin endulzar pero si lo desean se puede agregar azúcar a cada taza.

El cardamomo y el clavo de preferencia es mejor conseguirlos enteros. Y para molerlos se usan dos cucharas. Eso es fácil puesto que no son especias duras.

El clavo puede dar un sabor muy intenso. Si es entero y martajado por ser acabado de partir es mas fuerte en cambio si es en polvo, aunque en peso es más cantidad, tiene un sabor más débil así que es equivalente en ambos casos media cucharadita.


Vale la pena hacer varios ensayos para ver si se desea incrementar o reducir algún ingrediente. As´poder personalizar al gusto. El chiste es no invadir el té con demasiado sabor de un sólo ingrediente. Que haya un equilibrio es lo ideal.

Ponche de Navidad

La receta de ponche como lo hacía mi mamá.
Tomando en cuenta algunos consejos de otras personas y mi propia experiencia.

Rinde 4 litros.

Ingredientes:
1/2 taza de azúcar
1 piloncillo
1 raja de canela
2 naranjas
1/2 kg de tejocotes
1/2 kg de guayabas
4 trozos de caña de azúcar
1/4 de kg de ciruela pasa
50 gr de jamaica
3 tamarindos



Elaboración:

Poner a hervir 3 litros de agua con el azúcar el piloncillo y la canela. Dejar hervir unos 10 minutos a que se disuelvan.
Cortar la naranja en cuartos (con cáscara), partir las guayabas en mitades y los tejocotes también en cuartos y retirarles las semillas. Las cañas pelarlas y partirlas a lo largo en 4 partes.
Añadir la fruta al agua y dejarla unos 10 minutos más. Finalmente agregar la jamaica y los tamarindos. Dejar hervir todo a fuego bajo unos 30 minutos para que se ablande la fruta y se integren los sabores.

Notas:

1 El azucar se pone al principio porque si no el ácido de las frutas dificulta que se disuelva fácilmente. Igualmente la jamaica y el tamarindo, que son bastante ácidos, conviene ponerlos al final para que el dulce de las frutas se disuelva primero.

2 No le pongo mucha canela. Sólo una raja gorda de unos 10 cm. Recordando a una persona que una vez se quejó de que a los ponches les ponen demasiada canela...

3 El secreto de la Sra Silvia T. Es ponerle mucha ciruela pasa a su ponche así que creo que 1/4 de kilo le hará justicia. Pero igual y le pueden poner más...

4 Hay personas que le ponen manzana. Mi mamá no lo acostumbraba pero puede ser un agregado interesante.

5 En tiempos de gripe Tati le agregaba al ponche bugambilia y gordolobo para hacer un te para la tos.

¡Espero que les guste!

Se cuece cocido

Este es un pequeño bloc de notas con las recetas que he recibido de mi familia directa y de mi familia política.
Las dos abuelas nos han dejado un tesoro enorme de tradiciones y experiencia.
Aquí deseo dejar para las siguientes generaciones todo lo que quieran conservar de sus recetarios algunos manuscritos de su puño y letra.
Siempre he pensado que la cocina es como esa cita del evangelio de San Mateo:

«Así, todo escriba que se ha hecho discípulo del Reino de los Cielos es semejante al dueño de una casa que saca de sus arcas lo nuevo y lo viejo.»  Mt 13.52

Donde atesoras lo anterior pero te renuevas con lo actual.
La cocina es un lugar dinámico donde cada día aprendes y cada día emprendes.

Buscando un nombre para mi blog se me ocurrió el juego de palabras.
Porque es común confundir cocer (de "cocinar") con coser (de tela) así como confundir las conjugaciones de los verbos.

Eso me recuerda cómo la cocina no es simplemente un lugar de aprendizaje culinario sino también académico y de vida.

Mi cocina es el lugar donde tantas veces mis hijos repasaron las tablas de multiplicar o las capitales de los países. Y por supuesto donde aprendieron al vuelo gramática y ortografía.
Donde hicieron sus primeras lecturas y sus primeros poemas.
El lugar donde se hicieron innumerables manualidades.
Donde se llevaron a cabo discusiones políticas, religiosas o de noticias.
El lugar donde compartimos experiencias, alegrias, tristezas y hasta enojos.

En la cocina aprendes lo más humano de la vida. El compartir día a día con los tuyos.

Así que inicio esta nueva aventura de transcribir las recetas de las abuelas y algunas propias para continuar con esos tesoros.